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réserves

A veces uno se encuentra con antiguas citas por internet...











jemcrois_kisscool-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:22

salut, ça va?

ephedro-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:26

Ça va. Pas trop de changement depuis. Et toi, sinon ?

jemcrois_kisscool-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:30

vais bien normal, vacances ce jeudi vais a Malaga 1 semaine

ephedro-online

miércoles,20 de octubre 2007 15:33

Passe par Torremolinos, il y a plein de marcha gay là-bas.

jemcrois_kisscool-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:36

Oui c'est là où je vais rester

on pourrait se revoir si tu veux?

ephedro-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:43

Je sens le besoin d'exprimer que j'ai des réserves à cet égard.

jemcrois_kisscool-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:44

lesquelles? jeje

ephedro-online

miércoles, 20 de octubre 2007 15:50

Non, tu ne sembles pas avoir compris.

J'ai des réserves à ce qu'on se voit.

J'exprime le fait que j'en ai, uniquement.

Update: versión en español aquí.

mamá en la uni

Mi madre se ha apuntado a la universidad. A raíz de esto, he vivido uno de esos momentos en los que uno se ve reconocido en los progenitores. He vivido uno de esos momentos en los que dudas si te mola o te fastidia parecerte a ellos. He vivido uno de esos momentos que son el signo inequívoco de que -sea de quien sea tu sangre- te criaron ellos. Fijo.
Por lo que me cuenta, no os vayáis a creer que tampoco ella tiene un gran sentido del ridículo, se ve que se tiene que contener en clase. Se tiene que contener para no hacerse la marisabidilla, que era uno de mis deportes favoritos en el colegio, en el instituto, en la facultad, en la autoescuela, en las formaciones de empresa, en las reuniones familiares...
Cuando interviene, el profesor le dice a sus compañeros que no se preocupen, que esa señora ya la tuvo en clase mucho tiempo ha y que se lo sabe ya todo. Que no tiene él muy claro si se ha apuntado por aburrimiento o para meterle un dedo a él en el ojo. Y además no se ríe, porque es muy serio el tipo. Mi madre me ha confirmado que en esas asignaturas para mayores se lo está pasando pipa. Ya te digo. Puede pelotear sin que le importe la nota ¡porque no hay!
Tengo que decir que no es su primera vez en la universidad, porque ella ya pasó por ahí hace un montón de tiempo. Para que os hagáis a la idea, mis primeras clases de universidad también fueron las suyas. De hecho, cuenta la leyenda familiar que ella y mi padre, que compartían clase y carrera, se vieron un día en la siguiente tesitura con otro profesor:

Allá por los ochenta...
- Buenos días, voy a ser su profesor y deben saber que en esta asignatura las prácticas son obligatorias.
En el descanso...
- Profesor.
- ¿Sí?
- Verá, ejem, nosotros tenemos un pequeño inconveniente...
- Pues se traen al inconveniente, pero tienen que asistir ambos.
- Eeee...
- ¿Qué ocurre?
- Que tenemos un hijo en edad de crianza (recién nacido, vaya) y estábamos pensando que
- Les he dicho que asistan, no que piensen. Ahora, si me disculpan.
La semana siguiente...
- ¡Ngué!
- Ephedro, cállate, que estamos en clase.
- Mngue.
- Así.
Claro, los ojos del profesor, al ver al pequeño inconveniente en clase, pues se pusieron del revés. Al menos no daba mucho la lata. En el descanso, pues, os podéis imaginar:
- ¿Pero qué es esto!
- Esto es nuestro hijo Ephedro. Dijo que nos lo trajéramos, cito textualmente: «Pues se...»
- Sí, ya sé lo que dije. Pero es que creía que se trataba de una excusa. [Sí, para que les dieran 2.500 euros, no te j****] Lléveselo usted a casa, y que ya le tome los apuntes su esposo, si acaso.
- ¡Nguée!

pasajero

...from zero61 and visitas:

Lunes: en cama.
Martes: normal, es decir, trabajando y con el cuerpo más o menos bien, aunque bastante estresado porque al día siguiente tiene lugar «el acto».
Miércoles: todo sea por «el acto». Me quito el piercing. Sobrevivo al acto. Me pica la oreja. Uy, una heridita.
Jueves: sigo vivo. Mis amígdalas, mejor. Mi oreja, peor.
Viernes: como fuera, con mi exposa: ojo clínico de restaurantes donde las haya. Tiro para urgencias del Clínic. Me pasan por otorrinolaringología, que -como ustedes sospecharán- tiene mucha menor cola-de-urgencias-de-la-seguridad-social que las otras y no me dejan con infecciosos. Llamo al Niño de la Selva, amiguete enfermero, mientras espero unos segundos. Me sale de una puerta contígua antes de lo que se tarda en decir esta oreja ojalá no fuera mía. Asombro. Regocijo. Besitos no, que está de servicio y me mancha.
Me llaman. La otorrina me mira la oreja. Me la remira. La herida ha crecido, solita ella. Ahora es una cosa asquerosa, hinchada, rojiza, húmeda, repugnante... No me gusta su cara, agh. Me refiero a la que pone la otorrinolaringóloga. Coge un artilugio que me tenía un aire entre unas pinzas y la matanza de Texas. me exprime el lóbulo, lobulúculo, y me extraaaaargh ¡ay! ¡cagontó! ffffff, tejido putrefacto, vaya.
Me da una receta que no se puede sacar en la farmacia. Son prescripciones de especialista que tiene que validar tu médico de cabecera. Las consigo y empieza la maratón de antibióticos. Ya no os quiero cansar con cómo mi hígado hubo que reconstruirlo ni cómo en mi cuerpo ya no había flora de ningún tipo...
Y sí, el alien murió, aunque me dejó una tenue pero real cicatriz...