Header

zero61

A pesar de que uno no puede presumir de una Cosa Purulenta y Asquerosa, albergo una envidiable colonia de estreptococos.

No alcanzo a saber por qué motivo concreto, un día se ve que iban por ahí tan felices y convinieron que mi garganta era un buen sitio (calentito y humidificado) para acantonarse. Claro, no les faltaba de nada. Tenían comida y bebida. Tenían células que destrozar y glóbulos blancos para jugar a las peleas (diversión a cien, bueno, a 38'5ºC). Tenían huequitos a tutiplén en las paredes de mi faringe, que podían rellenar con esa cuajada de lactosa que fabrican. ¿Qué más se puede pedir?
La primera aparición tiene lugar un fin de semana. El fin de semana anterior a un importante acto. Por supuesto, servidor de ustedes se encuentra ligado al mentado acto (en adelante «el acto»). Mis estreptocoquitos me hacen llamar al 061. Mi cuerpo se debate entre sudar y/o tener frío, quedarse quieto y/o no moverse, comer y/o no comer, et cæteris paribus.
To be continued...

Por cierto, no dejéis de pasaros por los blogs enlazados (o substancias relacionadas).

Descubre un efecto secundario